
Ante el expolio y devastación del paisaje que sufría esta tierra con la tala de olivos milenarios, Manuel Arnau y Joaquim Solano decidieron poner todo su esfuerzo en crear El Poaig. Su principal objetivo es dar valor a la producción de esos monumentos de la naturaleza. El valor de un olivo milenario es incalculable y debe ser preservado en su entorno.
El Poaig se llama el trozo de tierra de donde sacaba la abuela Carmen (la abuela de Joaquim) las olivas para, en otoño, convertirlas en delicioso aceite.

El Poaig se llama el trozo de tierra de donde sacaba la abuela Carmen (la abuela de Joaquim) las olivas para, en otoño, convertirlas en delicioso aceite.
Tras estudiar, hablar, comparar y analizar Manuel y Joaquim crearon El Poaig, el aceite de oliva procedente de olivos milenarios producido con inmenso amor a esta tierra.
Su idea de base era “amamos los olivos”