El aceite más caro del mundo debe ir envasado en una botella a la altura. El estudio de diseño CuldeSac ha elaborado un packaging premium que aporta una liturgia extraordinaria. El propio pack ofrece una experiencia que va más allá del líquido contenido en él.
La oliera
El Mil
del Poaig

Una vez que estuvo claro de que la calidad del aceite de las fargas milenarias era incuestionable surgió la pregunta de qué envase podría contener ese tesoro. Para ello Joaquim y Manuel se propusieron encontrar la “botella perfecta”. Tras buscar, investigar y hablar mucho, se pusieron en contacto con CuldeSac, estudio de diseño radicado en València. Trabajando y probando muchos diseños diferentes finalmente consiguieron aquello que anhelaban.

Luego el reto era encontrar al artesano que supiera llevarla a cabo, y así fue como encontramos en Manises a Yanet Molina Y Rafael Alcalde, artesanos enraizados en la tradición de cerámica de Manises desde hace siglos. Uniendo tecnología y tradición vio la luz la Oliera de El Poaig un exclusivo envase de porcelana blanca hecho a mano que
conserva perfectamente las propiedades organolépticas del aceite a temperatura constante manteniendo a oscuras el precioso zumo de los olivos milenarios.
El Verd
del Poaig

La misma botella en porcelana blanca adquiere un formato más pequeño. Deshojando los pétalos de este exclusivo packaging descubrimos la esbelta figura, el alma de El Verd del Poaig, la versión verde de El Mil del Poaig. Materiales de reciclaje y de lujo emprenden una joint venture para revelar este aceite de oliva único.
