Filosofía

                                                                                                                                

En la simplicidad está el alma de los productos EL POAIG.
Aunque la oliera que contiene el preciado aceite  EL MIL DEL POAIG y EL VERD DEL POAIG sea en apariencia  un objeto simple y bello, tiene una complejidad fruto de la investigación  para el desarrollo de características que consideramos básicas a la hora de ofrecer el mejor producto.
La porcelana nos ofrece un inmejorable balance al resistir mejor que cualquier otro material los aumentos y bajadas de temperatura. Además, es opaca y por tanto conserva perfectamente el preciado zumo de oliva. El color blanco añade simplicidad y ofrece la posibilidad de observar el color del aceite en su camino de retorno hacia el interior de la botella. Aunque el color, en el aceite de oliva no es importante a nivel organoléptico, la pipeta hace que no se pierda ni una gota de aceite y añade placer al simple hecho de observar cómo el aceite discurre.
La tipografía es simple y mínima sin restar importancia al objeto.
Todo el producto ha sido desarrollado por el estudio Culdesac, capturando el espíritu que queríamos transmitir desde el primer momento y traduciéndolo en un envase maravilloso, útil, bello y que hace honor al delicado jugo de los olivos milenarios.
Detrás de los productos EL POAIG hay cientos de horas de conversaciones alrededor de una mesa, de cuentos e historias de las tierras del Maestrat, de una manera de vivir y de pensar la tierra. Al fin y al cabo, fue pensado para estar en una mesa. Y es alrededor de una mesa, bajo un olivo, donde pasamos largas horas, arreglando el mundo a nuestra manera, la manera mediterránea.
Porqué amamos los olivos.